¿Te has dado cuenta de que algunas personas simplemente prosperan bajo estrés, mientras que otras que pasan por las mismas circunstancias están al borde del colapso? ¿Has visto a algunas personas que tienen éxito en todo lo que hacen, mientras que otras parecen no ir a ninguna parte, a pesar de tener las mismas oportunidades? ¿Qué es lo que marca la diferencia? Es la confianza.
Es un hecho ampliamente conocido que las personas seguras de sí mismas tienen éxito en todo lo que se proponen. Cuando se tiene confianza, se tiene la seguridad de que se es capaz de controlar la situación o las circunstancias.
Sin confianza, no te irá tan bien en nada de lo que intentes hacer. Esto se debe a que la falta de confianza puede alterar tu forma de tomar decisiones. Sin confianza, te comparas con los demás y tienes miedo de dar los pasos que te ayudarán a avanzar.
Si tienes confianza en ti mismo, terminarás la carrera, mientras que otros todavía están demasiado asustados para pasar la línea de salida. Muchas personas han encontrado el éxito porque hicieron movimientos audaces impulsados nada más que por la confianza que tenían.
Encontrarás esas historias a tu alrededor: cómo personas arriesgaron todo lo que tenían porque creían que podían crear una empresa o arriesgaron sus vidas para dar la vuelta al mundo a vela en solitario,
Algunas personas tienen una personalidad de líder natural. Pueden influir en la multitud, porque tienen la confianza de que están al mando de la situación.
Aunque puedes desarrollar tus niveles de confianza, hay dos cosas que pueden repercutir negativamente en tus esfuerzos: esas dos cosas son el estrés y la ansiedad.
Ansiedad
La ansiedad consiste en preocuparse por algo que puede ocurrir o inquietarse por el resultado final de un acontecimiento. También puede definirse como nerviosismo. Se teme que algo malo pueda ocurrir en el futuro. En casos extremos, la ansiedad puede provocar un ataque de pánico.
Además de la depresión, la ansiedad es el trastorno mental más frecuente. En la mayoría de las áreas metropolitanas, una de cada tres personas sufre ansiedad.1)A. J. Baxter et al, “Global prevalence of anxiety disorders: a systematic review and meta-regression”. Psychological Medicine (2013): 43(5),
897-910. DOI: 10.1017/S003329171200147X.
Mientras que la ansiedad se considera una preocupación excesiva por el futuro, el estrés es una preocupación excesiva por el presente y la depresión suele ser una preocupación excesiva por el pasado. Muchas veces los tres tienden a estar interconectados. Y los bajos niveles de confianza tendrán una gran influencia en el desencadenamiento de esas manifestaciones.
Si dos personas tienen que enfrentarse exactamente al mismo tipo de estrés, una de ellas reaccionará con ansiedad y la otra no. Y la reacción depende mucho de las acciones conductuales de circunstancias pasadas.
La ansiedad puede ser una plataforma emocional sobre la que se posa el estrés. Cuanto mayor es el estrés, más se tambalea la plataforma. Pero si tienes suficiente confianza, la plataforma es capaz de soportar las turbulencias.
Puesto que tu plataforma emocional es la forma en que vas por la vida, quieres asegurarte de que puede soportar los problemas a los que tienes que enfrentarte. Si tienes un nivel de ansiedad elevado, puede hacer que tengas una capacidad de afrontamiento limitada.
Si tienes mucha ansiedad, descubrirás que a menudo te cuesta hacer frente a cosas que alguien con poca ansiedad puede manejar con facilidad. Por ejemplo, en una persona con mucha ansiedad, un trastorno financiero podría causarle mucho miedo y muchas noches de insomnio. En una persona con un nivel bajo de ansiedad, no es así, porque tiene la seguridad de que podrá ocuparse de lo que sea necesario.
La ansiedad elevada conducirá tarde o temprano a pensamientos negativos, y los pensamientos negativos conducirán a emociones negativas. Cuando te ves atrapado en un ciclo de pensamientos negativos y emociones negativas derivadas de la ansiedad, tu confianza se ve afectada. Empezará a erosionar tus creencias, la seguridad en ti mismo de que eres tan listo o tan capaz como cualquier otra persona de manejar una circunstancia, un proyecto laboral, tener una gran relación o cualquier otra cosa en la vida.
Cómo manejar la ansiedad
Cuando sientas que tus niveles de ansiedad aumentan, tómate un breve descanso. Inspire profundamente por la nariz. Luego espire lentamente por la boca. Este ejercicio tendrá un efecto calmante sobre tu corazón y te ayudará incluso a calmar tus pensamientos.
El ejercicio también puede ser muy útil. Cada vez que se hace ejercicio, el cuerpo libera endorfinas, las hormonas del bienestar que pueden levantar el ánimo y calmar la ansiedad. Incluso cinco minutos de ejercicio pueden devolverte la calma.
Una actitud alegre o incluso la risa pueden ayudar mucho a mantener la ansiedad bajo control. Es posible que haya oído el dicho de que la risa es la mejor medicina. Hay mucha verdad detrás de esa afirmación.
Una forma de reducir la ansiedad es escribir un diario. Puedes escribir lo que sientes y por qué. Detalla cómo te hace sentir y toma nota de cualquier circunstancia similar a la que te hayas enfrentado en el pasado.
Te puede ayudar echar la vista atrás y ver que has sido capaz de superarlo y seguir adelante. Evita las cosas que desencadenan un mayor nivel de ansiedad en ti. Para algunas personas, esto significa evitar cosas que sean chocantes o perturbadoras.
Puede tratarse de las noticias de la noche o de personas que siempre parecen tener una visión pesimista de la vida y que acaban deprimiéndote. Si sabes que una situación te va a provocar ansiedad, si puedes evitar ponerte en esa situación, hazlo.
El estrés positivo
Con todos los artículos y libros sobre cómo combatir el estrés, es posible que tengas la idea de que cualquier tipo de estrés es malo para ti, y eso simplemente no es cierto. En realidad, el estrés puede ayudarte en muchos aspectos de tu vida.
Pensemos, por ejemplo, en una modista que tiene que entregar un vestido el viernes. La víspera trabaja duro para entregarlo a tiempo. Está concentrada, trabaja con precisión y eficacia e incluso se olvida de cenar. El viernes entrega a tiempo y puede relajarse. Un nivel saludable de estrés le ha ayudado a terminar la tarea.
O si estás estresado por tu escasa economía, puede que decidas buscar un trabajo mejor. Te empujas hacia adelante, te esfuerzas y, al final, alcanzas el ansiado empleo que buscabas. En este caso, el estrés actuó como motivador para un cambio positivo.
El estrés empezará a ser negativo cuando sientas que estás fuera de control y no sepas cómo manejar la situación. Además de la magnitud de tus retos, tus niveles de confianza determinarán en gran medida si experimentas el estrés como un motivador o como una experiencia traumática que te paraliza la mente.
Adquirir confianza
Nuestro nivel de confianza y nuestro sistema de creencias sobre nuestras propias capacidades se forman en gran medida durante la infancia. Si te has criado en un entorno seguro y has sentido que te animaban a desarrollarte, tienes una enorme ventaja sobre los demás, que pueden tener muchas creencias limitantes sobre sí mismos.
Llevamos un bagaje de creencias sobre nosotros mismos, que pueden ser útiles, indeseables o incluso destructivas. Muchos de esos pensamientos arraigados se basan en nuestra interpretación de experiencias pasadas, ya sean positivas o dolorosas. Es posible cambiar este sistema de creencias sobre nosotros mismos, pero hará falta un esfuerzo consciente para hacerlo.
Para ayudarte a cambiar, necesitas encontrar una fortaleza segura en la que puedas confiar. Si sientes que estás en un lugar protegido, puedes desarrollar el nivel de confianza de que tienes el control y el estrés será un motivador para ti. Este refugio seguro de confianza se crea con una atmósfera de amor genuino.
El Salmo 139 es para mí una de las descripciones más profundas de este necesario entorno de confianza. La primera parte describe el conocimiento omnisciente de Dios:
Oh SEÑOR, tú me has examinado y conocido.
Salmo 139:1-6
Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto;
desde lejos entiendes mi pensamiento.
Mi caminar y mi acostarme has considerado;
todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh SEÑOR, ya la sabes toda.
Detrás y delante me rodeas,
y sobre mí pones tu mano.
Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar.
Es maravilloso saber que no hay nadie más que nos conozca a un nivel tan íntimo como Dios. Él nos conoce y nos comprende. No hay necesidad de escondernos tras máscaras, no hay necesidad de fingir nada, podemos ser tal como somos. Eso nos da una base para una relación de confianza.
La segunda parte habla de la omnipresencia de Dios:
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
Salmo 139:7-12
¿A dónde huiré de tu presencia?
Si subo a los cielos, allí estás tú;
si en el Seol hago mi cama, allí tú estás.
Si tomo las alas del alba
y habito en el extremo del mar,
aun allí me guiará tu mano
y me asirá tu diestra.
Si digo: “Ciertamente, las tinieblas me encubrirán
y se hará noche la luz que me rodea”,
aun las tinieblas no encubren de ti
y la noche resplandece como el día. Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
Este texto nos asegura que no importa lo que hayamos hecho, no importa dónde estemos o adónde vayamos, no hay lugar en el universo donde el amor de Dios no pueda alcanzarnos. Esta seguridad de que, estemos donde estemos, Él puede cuidar de nosotros, puede darnos una increíble inyección de confianza.
La tercera parte habla de nuestro Dios todopoderoso que nos ha creado:
Porque tú formaste mis entrañas; me entretejiste en el vientre de mi madre.
Salmo 139:13-16
Te doy gracias, porque
has hecho maravillas.
Maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien.
No fueron encubiertos de ti mis huesos a pesar de que fui hecho en lo oculto
y entretejido en lo profundo de la tierra.
Tus ojos vieron mi embrión
y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado,
sin faltar nada de ello.
Es algo grandioso saber que Dios tenía un propósito para tu vida y Él estaba viendo tu futuro incluso antes de que nacieras.
Si puedes comprender plenamente la forma en que Dios cuida de ti, entonces tienes una base para construir tu confianza que es lo suficientemente sólida como para soportar las pruebas que te rodean. Puede que haya dificultades a tu alrededor, pero puedes seguir adelante con la confianza de que Dios es capaz de sacarte adelante. ¿Qué mejor cimiento puedes tener para edificar tu confianza?
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References
↑1 | A. J. Baxter et al, “Global prevalence of anxiety disorders: a systematic review and meta-regression”. Psychological Medicine (2013): 43(5), 897-910. DOI: 10.1017/S003329171200147X. |
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